jueves, 24 de noviembre de 2011

Severo Ochoa el investigador incansable


Severo Ochoa:

el investigador incansable

Fue un ilustre bioquímico galardonado con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología, segundo español en conseguirlo, ya que el primero fue Ramón y Cajal.


Tras años de incansable trabajo, el reconocimiento llegó el 16 de octubre de 1959. Esa mañana el profesor Ochoa se dirigía a su despacho y se sintió abrumado por la presencia de gran cantidad de estudiantes y periodistas que estaban expectantes debido a que todo indicaba que la academia sueca iba a otorgar el Nobel de Medicina al investigador español, como finalmente ocurrió.


En su discurso visiblemente emocionado Ochoa afirmó como si de una premonición se tratara que “El hombre casi ha conquistado ya el átomo, y está preparándose para la conquista del espacio. Ha descubierto muchos de los secretos de la materia inerte y empieza a cavar hondo en el reino fronterizo entre lo vivo y lo muerto; el mundo de los virus. Es posible que el hombre nunca halle la clave de la naturaleza del sentido de la vida, pero podemos dirigir la vista adelante, con confianza y antelación, hacia una mucha mejor comprensión de un gran número de sus misterios".



El genio de la ciencia


''Pocas veces he sentido emoción más intensa que cuando creí haber hecho algún descubrimiento sobre alguna transcendencia''

Es el ambiente intelectual, la masa crítica de equipos de investigación, la motivación, lo queEs el ambiente intelectual, la masa crítica de equipos de investigación, la motivación, lo que hace posible el avance científico. Algo que Cajal soñó sin llegar a disfrutarlo, y que hoy, tal vez gracias al ejemplo de Ochoa, se asume en España.

Y es que han pasado casi doce años de su muerte, el 2 de noviembre de 1993, un periodo en el que se han producido avances científicos muy relevantes, que Ochoa no ha vivido. Participó en la primera reunión que hicimos sobre Genoma Humano, y nos comentaba que lo que más le pesaba de no seguir viviendo era no poder ver la ciencia del futuro, destaca Grisolía. Precisamente, la revolución médica de los últimos años está provocada por el desciframiento del genoma humano, para lo que han sido trascendentales los estudios de Severo Ochoa, concretamente, el descubrimiento de la enzima polinucleótida fosforilasa, que luego permitió sintetizar el ADN, logro por el que recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959.

VIDA EN ALEMANIA:

En 1936 estalló la Guerra Civil Española y ello favoreció la partida de Severo Ochoa hacia ambientes más propicios para la investigación. Así, llegó de nuevo a Alemania y en ese mismo año fue designado asistente de investigación invitado en el Laboratorio de Meyerhof de Heidelberg, donde estudió las enzimas de ciertos pasos de la glucolisis y de las fermentaciones.



Pero tampoco duró aquí mucho tiempo, pues la invasión nazi no tardó en llegar y tuvo que salir del país, ya que su jefe era judío. En 1937 se trasladó a Plymouth y allí investigó en el Laboratorio de Biología Marina, y desde 1938 hasta 1941 se dedicó al estudio de la función biológica de la tiamina (vitamina B1) y de otros aspectos enzimáticos del metabolismo oxidativo, en el Laboratorio de Rudolph Peters de la Universidad de Oxford.







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